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La guerra entre socialistas y convergentes se recrudece. Después de que la pasada semana el secretario general adjunto de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), Felip Puig, criticase la acumulación de cargos de Anna Hernández, esposa del presidente de la Generalitat, José Montilla, la reacción del PSC ha sido furibunda. Aunque la mitad de 14 los cargos que le atribuyó Puig no eran tales, Hernández ocupa algunos de ellos, no remunerados, en virtud de su condición de responsable de la Comisión de Infraestructuras, Urbanismo y Vivienda de la Diputación de Barcelona o de su condición de concejala de Urbanismo de Sant Just Desvern.
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Y es que hay mucho que tapar por ambos partidos, el famoso 3% se dejó olvidado en un cajón, ahora empieza a pasar factura.
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lunes, 9 de noviembre de 2009
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